Venezuela y el Caribe en la Encrucijada de la Incertidumbre

Venezuela y el Caribe en la Encrucijada de la Incertidumbre

Las manecillas del reloj discurren sin pausa en Venezuela y la cuenca del Caribe, inmersas en una expectación difusa ante los sucesos que podrían materializarse y aquellos que con certeza se frustrarán.

Un conflicto armado en Venezuela no solo sería perjudicial para sus ciudadanos, sino que representaría una adversidad mayúscula para todo el continente, con repercusiones específicas para la República de Colombia, los Estados Unidos de América (EE. UU.), la República de Trinidad y Tobago, y la República Cooperativa de Guyana.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, parece poseer información privilegiada, actuando de forma anticipada al desafiar a la Casa Blanca.

Para la supervivencia energética de Trinidad y Tobago es crucial el suministro gasífero venezolano proveniente del Campo Dragón.

Por su parte, Guyana requiere estabilidad, consciente de que, en caso de un enfrentamiento bélico con nuestra nación, la orden inmediata del alto mando militar desde Caracas sería ejercer dominio militar irrestricto en la integralidad territorial, para preservar la soberanía.

Esto incluye el área del Esequibo y nuestra plataforma Deltana, ricas en crudo, que se convertirían en un objetivo militar prioritario y un blanco indefectible de nuestra movilización y apresto armado.

A la República Federativa de Brasil le resulta inconveniente un foco de inestabilidad en la proximidad de sus fronteras.

Donald Trump, conocido por no dar un paso en falso, formaliza convenios de suministro energético con el presidente Nicolás Maduro, relegando a la disidencia política venezolana.

Ningún referente de la oposición en el extranjero ha emergido con el patrocinio de los Estados Unidos, el presidente Trump, el Congreso estadounidense o portavoces militares, como una posible carta de negociación o un respaldo para un eventual gobierno de transición.

Este escenario se produce sencillamente porque en los planes de Washington no figura contemplada ninguna incursión armada en suelo venezolano.

El único propósito de la administración estadounidense se focaliza en aplicar presión y ejercer coerción para acordar y conseguir la satisfacción de tres exigencias fundamentales:

  • La erradicación total y permanente del narcotráfico con destino a su territorio, que utiliza la ruta del Mar Caribe.

  • La expulsión de todos los extranjeros en condición migratoria irregular de su nación, con una especial atención e impacto en la población venezolana con antecedentes delictivos o comportamientos antisociales.

  • La obtención del control de las industrias petrolera, gasífera y extractiva (minera) de Venezuela, asegurándose una soberanía absoluta sobre el 60% de la exportación hacia su país, con una aplicación de rebajas del 30% a partir de los baremos de las tasas de referencia Brent y Platts.

Cualquier otro evento interno en Venezuela es secundario para sus intereses.

Respecto a la facción opositora, esta genera en la administración estadounidense un profundo rechazo o la misma aversión que el régimen actual, debido a sus notorias prácticas de malversación de fondos.

Es pertinente recordar que el propio Trump promovió y presentó al líder opositor Juan Guaidó ante el Congreso, solo para encontrarse posteriormente con que los principales actores de la oposición; desde Leopoldo López hasta Henrique Capriles, incluyendo el supuesto ‘gobierno en el exilio’, la “Asamblea Nacional Eterna” de 2015, e incluso las figuras conocidas peyorativamente como la “Mantuana” y su “Sobapájaros”, brindaron su respaldo explícito al actual mandatario Joe Biden.

Además, se apropiaron indebidamente de la Ayuda Humanitaria, de los fondos de asistencia foránea y desmantelaron activos cruciales como CITGO y Monómeros.

En consecuencia, no se desencadenará un segundo frente de batalla en la zona caribeña por un asunto que puede resolverse meramente mediante una estrategia de coacción. Torciendo brazos.

Por otro lado, una agresión militar contra Venezuela desataría el caos en el área, mientras que una retirada obligaría a la rúbrica de un armisticio con el régimen de Caracas.

El exmandatario Trump tiene premura en lograr una tregua en la masacre en Gaza, ya que el panorama global se le está volviendo inmanejable.

A los venezolanos no se nos ha consultado si aprobamos bombardeos y el despliegue de fuerzas de ocupación en nuestea patria.

Y en los venezolanos se percibe una intensa animadversión, evidente, hacia esa “Mantuana Nobelesca”, a la que toleran provisionalmente porque, hasta el momento, no ha surgido una coalición con la capacidad de liderar una auténtica alternativa política.

No aún, por el momento, todavía, por ahora …

@JoludiRebelde

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